Iorio: el Ășltimo caudillo cantor
Cómo un hombre y su doctrina transformaron un género musical importado en un producto 100% argentino
El metal argentino es un movimiento cultural encabezado por un lĂder carismĂĄtico y personalista. Si bien esta afirmaciĂłn peca de ser un tanto sensacionalista, sirve para describir la influencia que tuvo una persona en la configuraciĂłn del gĂ©nero musical en la Argentina. Ricardo Iorio es, pocos lo discutirĂĄn, la persona mĂĄs importante de la escena en nuestro paĂs. Lo es no solo por haber formado parte de tres de las bandas mĂĄs populares e influyentes (V8, HermĂ©tica y Almafuerte), sino tambiĂ©n por la forma en la que impregnĂł su visiĂłn del mundo en el movimiento. Uno puede rastrear su estilo y las temĂĄticas de su poesĂa en bandas de gran importancia en el gĂ©nero: Logos, Horcas, Tren Loco, MalĂłn, A.N.I.M.A.L...
Este artĂculo va a analizar esa doctrina que, como si fuera un caudillo a sus gauchos, Iorio imparte como verdad reflejada en el metal. Un metal plateado, genuinamente argento.
La herencia de esa doctrina es la razĂłn que cimenta un hecho: el metal pesado argentino como uno de los pocos lugares, sino el Ășltimo bastiĂłn, donde la tradiciĂłn literaria iniciada por la gauchesca pervive. Resta entender el rol de Iorio y cĂłmo su estilo y sus preocupaciones se tradujeron en una especie de reconocido o resistido "iorismo" en la escena local.
V8: combatir junto a los mĂos
A pesar del espĂritu tanguero y gauchesco que lo caracteriza, la emergencia del metal en la Argentina estĂĄ mĂĄs vinculada, como es de esperar, con el rock. Las primeras bandas locales estuvieron muy influenciadas por la cultura hippie de moda. Era un fenĂłmeno de las clases medias y que encontraba su difusiĂłn en los teatros de las ciudades.
Hacia el final de la dĂ©cada de los 70s algunos grupos comenzaron a distanciarse de este caldo inicial. Escribieron letras mĂĄs crĂticas y compusieron canciones mĂĄs crudas, influenciadas por el sonido del blues y el rock and roll. A su vez, estas bandas nacieron de los suburbios de Buenos Aires, en un contexto mĂĄs pobres y marginal que en las primeras expresiones del gĂ©nero. NaciĂł el rock pesado con grupos como Vox Dei, Manal, Pescado Rabioso y Billy Bond y La Pesada del Rock and Roll. Estos se dieron a conocer gracias a conciertos en pequeños clubes nocturnos de los barrios del conurbano. En un sentido geogrĂĄfico y de clase social, este ârock pesadoâ compartiĂł rasgos de origen con el tango: ambos nacieron de los arrabales y de la pobreza de la clase trabajadora.
Uno de los personajes mĂĄs importantes del movimiento fue el talentoso guitarrista Norberto "Pappo" Napolitano, miembro de Pappo's Blues. No es descabellado atribuirle a Ă©l la llegada del sonido "metĂĄlico" al RĂo de La Plata. Sus viajes por Europa y las sesiones compartidas con gente como Lemmy Kilmister de Motörhead van a verse trasladadas en el sonido de su banda, mĂĄs cercano a Black Sabbath y a Led Zeppelin que a The Beatles o los Rolling Stones.
Cuando Pappo vuelve a la Argentina en los 80s, disuelve Pappo's Blues y crea Riff. A pesar de seguir manteniendo un sonido similar a su banda anterior, Riff fue la primera expresiĂłn local en introducir la iconografĂa metalera: chaquetas de cuero, cadenas, tachas, jeans gastados, conciertos enĂ©rgicos y con grandes mosh-pits o pogos. Todos estos elementos pueden ser entendidos como una mera importaciĂłn de los principales aspectos de la Nueva Ola del Heavy Metal BritĂĄnico, movimiento popular en esos momentos. Es esa importaciĂłn, mediada por Pappo, la que inicia la historia del metal en la Argentina.
A pesar de ser el puntapiĂ© necesario para la construcciĂłn de una escena local, Riff no pasarĂĄ a la historia como la primera banda del metal argentino. Ese tĂtulo lo tendrĂĄ otro grupo, en comparaciĂłn, mĂĄs pesado, mĂĄs agresivo, con letras mĂĄs oscuras y metĂĄforas mĂĄs apocalĂpticas: V8.
Esta banda pionera, formada por unos jĂłvenes Ricardo Iorio (bajo y voz) y Ricardo Moreno (guitarra), serĂĄ clave en la construcciĂłn de los principales aspectos del gĂ©nero en el paĂs. En primer lugar, las letras de V8 aluden a un sujeto social que Gustavo Torreiro describe como "la clase trabajadora que resiste". Esto tiene sentido, en primer lugar, por el origen sociolĂłgico de sus integrantes. Iorio naciĂł en el seno de una familia humilde de Caseros, zona pobre de los alrededores de Buenos Aires.
El objeto de esa resistencia de la clase trabajadora fueron las polĂticas neoliberales emprendidas a partir de la Ășltima dictadura militar argentina. El metal surge en un momento de desintegraciĂłn del mundo laboral, asĂ como la gauchesca en su momento apuntaba contra la eliminaciĂłn del sustento de vida del trabajador rural. V8 habla desde la clase trabajadora y para la clase trabajadora. Si entendemos la identidad como una forma de diferenciaciĂłn, es decir, de la constituciĂłn de una voz en base a la oposiciĂłn, diremos que el metal se opone a la cultura dominante que llama "modernidad".
Los que estĂĄn podridos de aguantar
El llanto de los quieren paz
Los que estĂĄn hartos de ver
Las caras que marcan el ayer
(âBrigadas metĂĄlicasâ, Luchando por el metal, V8, 1983)
Esto no solo significa ir contra las polĂticas econĂłmicas y el gobierno de turno, sino ir contra el campo cultural dominante. Las letras de V8 son abiertamente "anti-hippies". Al pacifismo cĂłmodo y pretensiĂłn poĂ©tica del rock contemporaneo, V8 le opone el grito, la bronca y la combatividad. No es posible bajo los valores del metal quedarse impĂĄvido y no actuar ante las injusticias.
Basta ya, de signos de paz
Basta de cargar con el morral
Si estas cansado de llorar
Este es el momento de gritar
Que estas vacĂo de liberaciĂłn
Y estas muy lleno de represiĂłn
El presente te es infeliz
Hoy tu mente hippie ha de morir
(âBrigadas metĂĄlicasâ, Luchando por el metal, V8, 1983)
Pues estoy cansado del llanto
que nunca algo me dio
De la calma, y la paciencia
ante la represiĂłn
Ya es muy tarde, para soñar
es el momento de despertar
Las palabras y las flores,
nada pudieron cambiar
es el momento de luchar
(âMomento de lucharâ, Un paso mĂĄs en la batalla, V8, 1985)
Una parte importante de la personalidad y de la interpelaciĂłn de V8 con el pĂșblico va a estar dada por la sensibilidad de las letras de Iorio. Joven y combativo, la narrativa de este primer Iorio van a ser mucho mĂĄs directas y al hueso. TodavĂa no estĂĄ completamente desarrollado su proyecto o âdoctrinaâ, como acĂĄ le llamo. Pero estĂĄn los cimientos, sobre todo en dos aspectos que explicarĂ© a continuaciĂłn: el sujeto que habla y la postura de Ă©l hacia el mundo.
La H: ayer gauchos, hoy metaleros
Luego de dejar V8, Iorio forma HermĂ©tica. SerĂĄ reciĂ©n allĂ donde empezarĂĄ a tejer, de manera mucho mĂĄs consciente, su doctrina. TambiĂ©n, es la banda que le permite catapultarse como el autĂ©ntico caudillo del movimiento. HermĂ©tica fue la banda que llevĂł al metal nacional a otro nivel tanto en convocatorio como en influencia. SerĂĄ, durante los 90s, uno de los fenĂłmenos populares y contraculturales mĂĄs importantes del paĂs. Sus cortos 6 años de existencia (1998-1994) le bastaron para lograr el grado de leyenda popular de la mĂșsica nacional. SerĂĄn tambiĂ©n esos 6 años una etapa clave en la vida artĂstica de Iorio.
Ayuda mucho a este anĂĄlisis que la primera canciĂłn de la discografĂa de HermĂ©tica sea âCrĂĄneo candenteâ. Si uno lee la letra teniendo en perspectiva la carrera musical de Iorio, va a encontrar que allĂ se configuran casi todos los elementos principales de su narrativa. Ni hablar del disco en general, pero es el primer tema que suena el que, como si hubiese una conciencia de ello, inaugura el "metal argento" y la doctrina de Iorio.
Bajo el sol mi crĂĄneo candente
Busco comprender,
Y los registros del tiempo pasado,
Desvelar mi mente
(âCrĂĄneo candenteâ, HermĂ©tica, HermĂ©tica, 1989)
La bĂșsqueda personal de Iorio es, justamente, la de ese gĂ©nero genuinamente nacional. Ya no la importaciĂłn de Pappo, sino la cooptaciĂłn y fundiciĂłn de ese sonido importado con un lenguaje argentino. Hay un peso en la lĂrica en el metal argento (tanto por la Argentina como por lo metĂĄlico de la plata misma) que es Ășnica. Una importancia casi vital y moral depositada en el decir. Iorio, como MartĂn Fierro, canta su verdad.
Pero no estoy vencido aĂșn tengo fuerzas
Para dar mi mensaje de resistencia
Seguiré junto al metal con mi mensaje
Vacilaré si tu no estas en este viaje
En este viaje
(âVientos de poderâ, Ăcido argentino, HermĂ©tica, 1991)
He de decir la verdĂĄ
de naides soy adulĂłn
(âŠ)
mucho tendrĂĄn que sufrir
si no creen en mi verdĂĄ
(âŠ)
que es pecado cometido
el decir ciertas verdades
(Fragmentos del Martin Fierro, José Hernåndez)
Es auterreferencial. No habla en nombre de la tradiciĂłn, en nombre de la sabidurĂa, ni propone un destino. En toda la obra de Iorio hay una gran preocupaciĂłn por mantener la singularidad de su palabra. Su propĂłsito es el canto, y ese canto debe ser un cantar verdadero. Es decir, su vida artĂstica sigue lo que Juan Ignacio Pisano describe como "voluntad de verdad". Esto es importante y uno de los aspectos que liga de manera directa la obra de Iorio con la tradiciĂłn literaria de la gauchesca.
En la gauchesca, el locutor principal, quien aparece en escena, es el gaucho cantor y patriota. Recordemos: este gĂ©nero no es el cantar del gaucho, sino la creaciĂłn literaria del cantar del gaucho. Esa voz es una ficciĂłn. El gaucho, dice Josefina Ludmer, pasa por una instituciĂłn disciplinaria: la poesĂa. En otras palabras, los hombres letrados toman esa voz y la traducen en un lenguaje codificado: la oralidad pasa a ser escrita y adopta sus convenciones formales, mĂ©tricas y rĂtmicas. El gaucho es disciplinado por la poesĂa de la misma forma en que es disciplinado por el ejĂ©rcito. La palabra escrita es un derecho que le es reconocido gracias a su labor realizado por la patria. Su derecho poseer una voz se asienta en las armas. Al gaucho se le da una voz porque tiene armas, o por las armas toma voz. El gĂ©nero estĂĄ definido por el uso de la lengua combativa. Igual que el origen del metal argento.
En este uso de la palabra como arma se ciñe uno de los aspectos que une a Iorio con la gauchesca. El gaucho cantor pasa, en el MartĂn Fierro de JosĂ© HernĂĄndez, de gaucho que canta la gesta patriĂłtica a gaucho que canta su devenir existencial, su verdad vivida. A este Ășltimo se parece la poesĂa de Iorio. Es innegable la influencia de JosĂ© HernĂĄndez en el metal argento.
En âCrĂĄneo candenteâ se instalan los significantes que giran en torno a toda la obra de Iorio: La Pampa, el gaucho y el indio.
Vivo el destierro del hombre nativo
Bajo las grises magias conquistantes
Que aun prosiguen traficando el miedo
Como ayer gauchos al desierto
(âCrĂĄneo candenteâ, HermĂ©tica, HermĂ©tica, 1989)
La obsesiĂłn por el pasado y el origen de la enfermedad que gesta al presente tambiĂ©n aparece en âOtro dĂa para serâ.
Desnudar el sin razĂłn
Que modelĂł nuestras vidas
Parece ser causa perdida
(âŠ)
Reflexionando en esto
La madrugada pasĂł
Y dejĂł otro dĂa para ser
(âOtro dĂa para serâ, VĂctimas del vaciamiento, HermĂ©tica, 1994)
Como sea, la triada gaucho-indio-pampa aparece para invocar la bĂșsqueda primigenia de la obra de Iorio: el ser argentino. Lo que le interesa es la Argentina, la verdad de su territorio y las formas de vida que la habitan. Para eso, debe no solo ir a su pasado: debe anclarse en el presente y buscar "vivir en lo argentinoâ. Por esto mismo, la bĂșsqueda de Iorio puede ser entendida como un nacionalismo ontolĂłgico: para ser argentino, hay que vivir como argentino; y solo hay una forma verdadera de ser argentino.
Esa verdad, piensa Iorio, estĂĄ en el folklore y en el tango; en el gaucho y en el compadre. Y entiende a la perfecciĂłn lo mismo que Borges comprendiĂł acerca de la figura trĂĄgica de estos personajes: el gaucho fue necesario para la historia y para crear la naciĂłn, pero lo fue sin haber entendido ese proceso. El gaucho no solo no fue consciente de la magnitud de su participaciĂłn, sino que nunca pudo hablar por sĂ mismo. La gauchesca es un artificio que nace del gaucho, pero no depende de Ă©l, incluso prescinde de su existencia.
Iorio sĂ entendiĂł la tragedia del gaucho y por eso su obsesiĂłn por unir el sentido individual con el de la patria. Quiere saldar la deuda de la clase popular con su tierra, con la naciĂłn que ella misma creĂł. Por eso hay en Ă©l una restituciĂłn de la cualidad oral. Una operaciĂłn a veces trĂĄgica: rastrear un registro que no existe. Iorio toma esa literatura letrada, ese artificio que es la gauchesca, y hace la operaciĂłn inversa: la âvuelve a volverâ popular. Es un caudillo: se reconoce gaucho y se propone como guĂa e instructor. Como dice Arturo Jauretche, el caudillo era el sindicato del gaucho.
En HermĂ©tica, Iorio es mucho mĂĄs existencialista y polĂtico: se cuestiona el pasado, la Conquista del (no) Desierto, el rol de la clase obrera, de la democracia, el escapismo y el individualismo de la clase media anestesiada. TambiĂ©n narra las fantasĂas y las tragedias de "la gente como Ă©l" (canciones como âGil trabajadorâ, âVĂctimas del vaciamientoâ, âRobo un Autoâ, âAtravesando todo lĂmiteâ, entre otras). HermĂ©tica es como un llamado, la invocaciĂłn de una verdad y el reconocimiento de un destino comĂșn: la clase trabajadora tiene un origen y un horizonte que se funde con los de la naciĂłn.
Cuando Hermética se disuelve, Iorio funda Almafuerte. Serå ahà donde definitivamente pueda expresar toda la esencia de su doctrina. Es allà donde su palabra se funde con su vida.
Almafuerte: toro y pampa soy
Una buena descripciĂłn de Almafuerte serĂa la de una banda que combina el sonido del metal con los elementos retĂłricos, las texturas y la imagen del folklore argentino y el tango. A los riffs de Claudio "Tano" Marciello los acompaña una voz de Iorio que, a diferencia de lo que hacĂa en V8 y en sus participaciones vocales en HermĂ©tica, parece imitar directamente a un payador o a un cantante de tango. A pesar de ser indiscutiblemente una banda de metal, Almafuerte se diferenciĂł de las demĂĄs por versionar canciones populares del folklore y el tango: Carlos Gardel, Alfredo Le Pera, AnĂbal Troilo, JosĂ© Larralde, entre otros.
El nombre de la banda es un tributo al poeta argentino Pedro Bonifacio Palacios, cuyo seudĂłnimo era Almafuerte. Tanto las letras como los tĂtulos de los discos usan tĂ©rminos y modismos propios del lunfardo y la gauchesca, al tiempo que tocan tĂłpicos similares a los de la gauchesca.
Para Deena Weinstein, en el åmbito de lo narrativo, el metal se caracteriza por una oposición binaria entre lo dionisiaco (sexo, drogas y rock and roll) y el caos (guerra, injustica, corrupción, etc.). Iorio también opera sobre esa oposición, pero para transformarla.
Las letras de Almafuerte pueden, en general, subsumirse bajo la categorĂa de canciones que tocan temas del caos (injusticias sociales, corrupciĂłn, etc.). El sexo y las drogas aparecen como elementos corruptores del alma. Es decir, no simbolizan el disfrute, sino todo lo contrario. Ahora, esto no quiere decir que no exista el disfrute en las letras del grupo. Al contrario. Lo que Iorio hace es reemplazar esos objetos del placer por otros. El sexo y las drogas dejan lugar al viaje, al asado, al vino. Una celebraciĂłn de la lealtad y de la hermandad entre amigos.
Grata amistad, en tierra adentro
Metaleros pesados
Que aguantan mĂĄs, porque son menos
De fierro son mis hermanos
(âAmistades de Tierra Adentroâ, Del entorno, Almafuerte, 1996)
Un buen descanso un plato de sopa
Y el abrazo fraternal de un amigo leal a vos
Para que de un salto dejes la falopa
Y el emputecido berretĂn de andar limĂĄndote
En la caja negra
(âToro y pampaâ, Toro y pampa, Almafuerte, 2006)
Las letras de Iorio en Almafuerte son mucho mĂĄs autorreferenciales que en HermĂ©tica. La mayorĂa hacen una directa referencia a su estilo de vida y a su relaciĂłn con las personas y el mundo que lo rodea. El viaje ya aparecĂa en HermĂ©tica como una forma de escapar de la ciudad y de la modernidad. Ese traslado es metĂĄfora de la bĂșsqueda existencial de la que ya se hablĂł en este texto.
RobĂł un auto para trasladarse
Hacia las soledades vivientes
Sentirse, muy cerca de eso
Era su sueño mås ardiente
Aprovechando el apagĂłn
De la ciudad capital
Y renunciando a las amargas sales
Para nunca, para nunca volver
(âRobo un autoâ, Ăcido argentino, HermĂ©tica, 1991)
A las montañas del noroeste argentino
Te dirigiste hermano,
Dejando grabado por siempre
En mi corazĂłn aquel fuerte abrazo
Donde mostraste tu Ăntima conciencia
De guerrero impecable
Que marcha firme a cumplir su destino
Sin nada a nadie deber
(âAtravesando todo lĂmiteâ, Ăcido argentino, HermĂ©tica, 1991)
La apariciĂłn del viaje como una forma de escapar es algo que puede conectarse directamente con la historia del gaucho MartĂn Fierro. Mediante esta idea, Iorio encuentra la posibilidad de empezar a tejer lo que Manuel Bernal y Diego Caballero denominan sus "pares de oposiciĂłn": ciudad/campo; centro/periferia; patria/exterior. Esto permite afianzar mucho mĂĄs la idea del viaje como bĂșsqueda de una identidad. A travĂ©s del viaje se define ese afuera que me constituye, ese otro que me define. El viaje, que empezĂł como un escape de esa "ciudad que amarra", se transforma en una herramienta para el hallazgo personal. El gaucho metalero reemplaza al caballo por la moto y emprende la huida en bĂșsqueda de su identidad.
En Almafuerte, el viaje aparece menos en su dimensión trågica y mås en su dimensión placentera. El "ir hacia el interior profundo" representa el camino hacia aquello puro, original y auténtico.
No he de negar
Que no la estoy pasando bien Ășltimamente
Pero no siento miedo
Quiero aprender a estar con la nada
Frente a frente
Para vencer
Estoy muy cerca del mar
Pero lejos de la red
No sé si me internarån
O si me interné
(âVencer el tiempoâ, Toro y pampa, Almafuerte, 2006)
DĂa domingo lejos de la ciudad
Bajo el sol compartiendo entre amigos
Carne asada pan
Agua y vino
Toro y pampa es
(âToro y pampaâ, Toro y pampa, Almafuerte, 2006)
En ese interior es donde se despliega el mito originario de la NaciĂłn. La pampa, que parece como tĂłpico primordial en esta etapa de su carrera, se constituye en un destino de vida.
MĂa es la voz que lo canta
Y es por sentir que me atrevo
Con las raĂces que tantos olvidan
Persiguiendo forĂĄneos modelos
Tradiciones del paĂs
Que forjaron aquellos
En fortines, aguantando
(âZamba de resurrecciĂłnâ, Mundo guanaco, Almafuerte, 1995)
Algo parecido a lo que vemos en la obra del cantautor de folklore José Larralde, una de las mayores influencias de Iorio. Es su obra, la pampa aparece como un espacio cercado por la civilización, la ley y el alambre. Larralde es un intermediario entre un espacio cultural casi extinguido (la vida pastoril del gaucho hacia fines del siglo XIX), de naturaleza oral y pråctica, y un interlocutor que es construido desde el completo desconocimiento de esas costumbres.
Sin embargo, Iorio ya se sabe desarraigado. Se sabe que es aquel interlocutor de Larralde. Se sabe ignorante, preso de un olvido. Sabe que no conoce esa tradiciĂłn pampeana de la que habla su maestro. Su bĂșsqueda es, mĂĄs bien, la restituciĂłn de esa vida mediante los valores rastreables en lenguas perdidas. Por eso, como dijo en una entrevista con Cuneo, hacer patria para Ă©l es vivir en el campo y tener una familia. Es el sometimiento casi artificial a esa tradiciĂłn. Iorio construye una nueva identidad de esos retazos perdidos entre la gauchesca, el folklore y el tango. Esa es su doctrina.
Textos consultados
Emiliano Scaricacciottoli (comp.), Se nos ve de negro vestidos. Siete enfoques sobre el heavy metal argentino, Buenos Aires: La parte maldita, 2016.
Josefina Ludmer, El género gauchesco. Un tratado sobre la patria, Buenos Aires: Libros Perfil, 2000.
Jorge Luis Borges, El gaucho y la literatura, Hispamérica, Año 46, N° 138 (Diciembre 2017)
Manuela Belén Calvo, Almafuerte: Metal pesado argento and its construction of Argentinian nationalism, Metal Music Studies, Volumen 2, N° 1 (2016)
FabiĂĄn G. Mossello, Cultura, identidad, folklore. Discursos identitarios en el cancionero de JosĂ© Larralde, Portal: producciones en estudios sociales, NÂș. 3 (2007)